miércoles, 27 de febrero de 2008

Nos escriben los hermanos salesianos


Como respuesta a distintos correos electrónicos que hemos enviados a diferentes instituciones salesianas en nuestros país, con el objeto de invitarlos a visitar nuestro blog, hemos recibido un mail que pasamos a transcribir y el cual agradecemos profundamente:

"Muchas gracias por la recomendación. Adelante y rezo por ustedes.

P. Horacio Barbieri
"
Maestro de Noviciados /Noviciado en Alta Gracia/Córdoba
Mail: agraciamaestro@salesianos.org.ar

viernes, 22 de febrero de 2008

Próxima reunión: 7/3/08


En la primera reunión celebrada por el Ministerio de Música, el martes 19 de febrero de 2008, se dispuso, de común acuerdo con los participantes de la misma, programar una próxima reunión para el día viernes 7 de marzo de 2008, a las 20,30 horas. El lugar: Salón Parroquial "Padre Roberto D'Amico", sito en las instalaciones de la misma Parroquia "María Auxiliadora" (calle Don Bosco Nº 580 de San Nicolás).
Se recomienda la asistencia de todos los miembros del Ministerio de Música.

Algunas consideraciones a tener en cuenta


. ¿Qué es un Ministerio de Música?

• El ministerio de la música es un llamado hecho por Dios a algunos, los cantores, para dedicarse a servirle en el culto día y noche.
• Requiere una consagración especial, apartar tiempo para el ministerio, y en algunos casos ser exento de otros servicios para ocuparse del Ministerio de la música.
• Así como los cantores se agrupaban por equipos, familias y genealogías, para transmitirse unos a otros la formación y el perfeccionamiento de su ministerio, así nosotros debemos reunirnos, trabajar en equipos y transmitirnos lo que hemos aprendido. Reunirnos a orar, a ensayar, y a tomar cursos, etc… es parte del Ministerio de la Música al cual estamos llamados. No solo lo es llegar a la asamblea y cantar.
• Es un mandato de Dios cantar y tocar con excelencia. (Sal 33) "Tocad la mejor música!".
• El ministerio de la música es eterno, todo el pueblo ha de cantar alabanzas a Dios eternamente. Lo que hacemos en la tierra es un "gran ensayo" para la alabanza del cielo.


El Ministerio de la Música juega un papel importante en manifestar la Gloria de Dios a los hombres. Cuando los cantores ejercen su ministerio, Dios obra con un poder tremendo.
• El ministerio de la música es imprescindible en todo acto de adoración y alabanza del pueblo. Esto es así, no por meritos propios, sino porque de ese modo se expresa una realidad celestial.
• Es un mandato divino, y una vocación.
• A diferencia de cualquier otro ministerio, el ministerio de la música es ETERNO.
Parafraseando a San Pablo, Se acabará la profecía, las lenguas, se acabarán los grupos pastorales se acabarán los consejos de coordinadores, se acabará la evangelización, los grupos fraternos, los retiros, pero eternamente existirá el Ministerio de la Música. En ese sentido es el ministerio que mas se parece al AMOR, porque permanece y esta en el corazón del culto a Dios.

El Carácter Espiritual de la Música
Sabemos por experiencia que la música tiene una naturaleza sobrenatural por los efectos que la misma música puede producir en las personas. La música habla directamente al corazón, y para bien o para mal, influye fuertemente en la condición espiritual de quienes la escuchan.
El propósito original de la música creada por Dios es uno: Ser un lenguaje de amor. En el lenguaje del amor, la música conduce y transmite admiración, ternura y comunión con la persona amada. Por eso la música está presente en las visiones del cielo, porque es el lenguaje del amor.
- Es un arma en las manos del Señor para derrumbar las murallas del corazón y conquistarlos con su amor. Es un arma en la batalla espiritual.
Por la naturaleza espiritual de la música que tocamos, debemos prepararnos espiritualmente para servir. Nunca iniciar una asamblea o un concierto sin antes haber orado juntos como ministerio de Música pidiendo al Señor que unja con su Espíritu nuestras voces y nuestros instrumentos, pidiendo al Señor que toque los corazones de todos los que escuchen nuestra música y pidiéndole que nosotros mismos seamos instrumentos en sus manos para realizar su plan de salvación y santificación en nuestros hermanos.
Debemos ORAR mientras cantamos, y de verdad VIVIR lo que cantamos.
Debemos ser SANTOS, para ser en manos de Dios un instrumento poderoso para lo que él quiera de nosotros por medio de la música. Amar profundamente a Dios y dejarnos usar por él con humildad.
1. Sabe Tocar BIEN
Esta es la primera virtud del salmista: Saber tocar y cantar BIEN. Para eso es necesario ensayar y estudiar. Recuerdo el ejemplo de alguien que cantaba mal pero lo hacía "con el corazón", y se sentía edificado cantando. Insistía en estar en el Ministerio de Música, pero el líder le dijo: Quizá tú seas edificado hermano(a) pero, ¡desedificas al Resto de la Comunidad! De modo que canta desde tu lugar.
Los ministerios de música son algo serio e importante. Debemos ensayar con esmero, tomar clases si es necesario, estudiar los cantos.
2. Es Fuerte y Valeroso:
David quizá aparentaba, a los ojos de los hombres ser el mas débil y pequeño de sus hermanos, por ser el menor, pero se sabia de él que era Fuerte y Valeroso. ¿En que radica la fortaleza y la valentía para el salmista?
Veamos a los músicos y cantantes seculares: Son de carácter débil, volubles, "prima donnas" caprichosos, bohemios, trasnochadores. Muchos tienen vicios. En cambio, nosotros, estamos llamados a ser ordenados, disciplinados, resistir la tentación de querer sobresalir y ser vistos. Debemos ser fuertes en la perseverancia a los ensayos, en llegar temprano, en cumplir con valor y responsabilidad nuestros compromisos.
3. Buen Guerrero:
Saber que estamos en guerra espiritual y ser buenos guerreros es una virtud muy importante del salmista. El enemigo sabe que la música en el culto a Dios es la clave de la vida espiritual de una comunidad y ataca a los líderes y a los músicos.
4. De agradable Presencia:
En realidad si podemos hacer mucho para que nuestro aspecto y presencia sea agradable. Vean a muchos músicos seculares, suelen ser sucios, informales, desgarbados, greñudos, etc… Expresan así una personalidad, una rebeldía que los hace atractivos para su público. Nosotros, estamos para dar Gloria a Dios y llevar a su pueblo a la alabanza, y mucha gente nos ve cuando cantamos y tocamos. Debemos estar presentables, que nuestra postura y actitud sean de oración, no de distracción o desinterés. Si la gente nos ve llegar tarde, o llegar a instalar todo a las carreras, causamos la impresión de que no valoramos lo que hacemos. Debemos ser de agradable presencia en nuestro vestir, puntualidad, postura, actitud, amabilidad. Los gestos faciales, mucha gente los ve. Si estamos tocando y alguien se equivoca, no hagas muecas de desagrado. Todo esto requiere dedicación, esfuerzo y sobre todo, mucho AMOR.
Nosotros estamos llamados a la misma intimidad con Dios, y que de esta intimidad broten nuestros cantos, como una fuente. Los cantos más hermosos que yo he compuesto en mi vida me han sido dados en oración, como cánticos inspirados. Nuestra oración personal diaria, nuestra vida de sacramentos y nuestra lectura bíblica son indispensables para cultivar nuestra relación con Dios, para ser verdaderos salmistas.
No podemos pretender llegar a la asamblea y entrar (y conducirles) a la adoración y alabanza si nosotros no estamos en intima relación de amor con Dios cotidianamente.
¿Qué son la alabanza y la adoración?
La alabanza es la expresión jubilosa y exultante de amor a Dios. Cuando alabas a Dios, sueles hacerlo de pie, en voz alta, incluso levantando las manos, saltando o danzando.

La alabanza es exterior, libre y celebrativa.
Normalmente interviene todo nuestro cuerpo. Por otro lado, la adoración es un susurro de amor, es más profunda e íntima, es la expresión del corazón amoroso que se ofrece a Dios por el profundo amor que le tiene. La adoración puede ser de rodillas, postrado, sentado, etc… con una disposición profunda y tierna de expresarle a Dios nuestro amor.

¿Por qué son necesarias Alabanza y Adoración?
Nuestra relación con Dios lleva un proceso natural de acercamiento, que pasa del cuerpo a la mente y luego de la mente al espíritu. Nos vamos como "adentrando" en Dios. (Como irse sumergiendo en un río cada vez mas hondo) Existe algo más profundo que la adoración, que es la contemplación silenciosa, en ella nuestro espíritu se une a Dios sin necesidad de elementos externos, en silencio, contemplando a Dios y dejándonos amar por él. (la contemplación es como tomar el sol en la playa, acostado: Simplemente te dejas quemar suavemente en el amor de Dios, no necesitas hacer nada externo para que el sol te queme, simplemente, ponerte bajo su luz)
Los músicos somos los "guías de turistas" en el caminar del pueblo hacia el interior del Templo de la Alabanza y la Adoración. Primero los invitamos a venir a los atrios, entre más lejos se oiga nuestro mensaje de venir al Templo a alabar es mejor.
Pero no podemos dejarlos en los Atrios de la alabanza. Debemos de conducirlos, con los cantos, a entrar al lugar Santo, y para ello usamos cantos que los animan a profundizar, a no quedarse solo en lo exterior. El paso de una fase a otra depende mucho del grupo al que estamos sirviendo, y ayuda estar muy de cerca con el líder de la Asamblea de oración o con el sacerdote que dirige el evento.
Luego, debemos llevarlos mas adentro y DEJARLOS ALLI. Cuando están con Dios en un momento íntimo de Adoración o Contemplación, NO DEBEMOS SACARLOS BRUSCAMENTE. A veces el grupo de música los lleva hasta lo más profundo y luego los quiere sacar a los atrios de inmediato. ¡¡Es un error!! Debemos respetar ese momento de intimidad espiritual.
Me recuerda la horrorosa costumbre de algunas parroquias: Pasas a comulgar, estás disfrutando un momento de amor con Jesús eucaristía cuando de pronto una voz destemplada grita por el micrófono: ¡"Avisos parroquiales: Los boletos de la Kermés se estarán vendiendo a la salida, y bla, bla, bla….!" ¡Me choca!
Nosotros en cambio, debemos ser guías muy respetuosos de este camino espiritual de la comunidad, escogiendo cuidadosamente los cantos para llevar a la asamblea al momento y "lugar" que debe estar viviendo. La alabanza y la adoración son un tesoro de nuestra expresión de amor a Dios y del amor que Dios nos tiene cuando nos habla al corazón.

La música forma parte integral de la VIDA del pueblo de Dios.
Cuando cantamos juntos como Iglesia, pueblo de Dios, ya no solo soy yo o tú quienes cantamos "individualmente", sino que cantamos como cuerpo místico de Cristo.
Debemos evitar usar ritmos, sonidos, melodías o instrumentos que sean distractores o bien que no transmiten la reverencia y el amor a Dios que queremos transmitir. Estos distractores a evitar pueden ser diferentes en cada cultura, grupo social, edad, o región geográfica, dependiendo de lo que es propio de ese ambiente. Debemos someternos a nuestros padres contemporáneos: los obispos y presbíteros, pues ellos son pastores y ven más allá de lo que percibimos nosotros.
Jamás la liturgia debe estar al servicio de la música, sino al revés. Se debe buscar la participación de la gente en los cantos que son propios para ser cantados por el pueblo. El coro debe en lo posible pasar desapercibido. No llamar la atención. Hay coros que cantan tan mal o tan soso que llaman la atención. Hay otros que usan muchos cantos hermosos y elaborados que son "incantables" para la gente, y no permiten la participación del pueblo en el canto, y también llaman demasiado la atención de la gente hacia el coro.

¿Qué es la liturgia?
La palabra liturgia significa la labor realizada por la comunidad: El trabajo del pueblo, la obra de todos. Así pues, la liturgia es todo aquel acto que realizamos en común para glorificar a Dios.

Fundamentos de Sonorización
En el ministerio de la música estamos llamados a confiar plenamente en la providencia y la gracia del Señor; nosotros tan sólo ponemos nuestros “cinco panes y dos peces”; sin embargo, también necesitamos ser realistas, reconocer y transmitir a los demás que para servir a Dios con excelencia requerimos de de ciertos elementos que nos ayuden a cumplir con esta misión. Tal es el caso del equipo de audio y sonorización.
A este respecto, debemos tener la disposición de adaptarnos al equipo de sonido que los organizadores de un evento o líderes de la asamblea nos proporcionen, pero la experiencia nos ha mostrado que el equipo de audio suele ser el “talón de Aquiles” de los eventos católicos, y que lamentablemente, muchos eventos salen mal por causa de una instalación demasiado apresurada, deficiente o pobre del equipo de audio. Por eso el equipo de audio debe ser instalado con suficiente anticipación, debe ser de la debida calidad y de preferencia debe ser operado por personas calificadas y con experiencia.
A manera de comparación, si nosotros nos presentásemos en un concierto con instrumentos musicales desafinados, viejos o rotos, no estaríamos honrando al Señor ni sirviendo adecuadamente a la Iglesia. Así mismo, no podemos permitirnos que el equipo de sonido sea deficiente.
Para que haya una comunicación efectiva, tanto en el servicio de la música como en general en la sonorización de un evento litúrgico o evangelístico, el sonido debe ser
1) claro, 2) de buen volumen y 3) agradable.
•Claro: La acústica de un lugar suele restarle claridad al mensaje. Los católicos tenemos el difícil reto de que la acústica de nuestros templos suele ser mala, con demasiada reverberación (eco).
•De Buen Volumen: El sonido en toda la sala no debe ser demasiado débil, pero tampoco demasiado fuerte.
•Agradable: Solemos enfrentarnos al problema de la mala calidad de los elementos del equipo de sonido, aunado a que ciertas frecuencias sonoras resuenan mas fuerte que otras. Todo esto hace que el sonido resultante no sea agradable. Debemos resolver este problema combinando equipo de calidad, buena ecualización y buen ingeniero de audio.

Extraído de
www.jesed.org

Integrantes del Ministerio de Música



Nombre y apellido, teléfono, dirección postal y correo electrónico:

Héctor E. Broda
452936
J. F. Benítez 321
veter23@arnet.com.ar

Hna. Rosa Cabrera 437794
Avda. Savio 554
rosacabrerar@yahoo.com.ar


Guillermo H. Ceballos
433018
Montevideo 359
guilleceballos33@hotmail.com


Piero De Vicari
431921 / cel. 15584101
J. F. Benítez 123
pierodevicari@hotmail.com


Marta Di Santo
450708 / cel. 15592917
25 de Mayo 551
marta_disanto@hotmail.com


Daniel Fernández
434028 / cel. 15655385
Figueroa Alcorta 524


María de los Ángeles González
435615
Brown 1305
mariagonzalez1066@hotmail.com


Patricia Silvia Olarte
425967 / cel. 15584672
Urquiza 421 Dpto. 2
pato0304@hotmail.com


Luis Rondán
429288 /cel. 15567067
Terrazón 685
luisrondan@arnet.com.ar

Mónica A. Scaldaferro
431921 / cel. 15535807
J. F. Benitez 123
monica_scaldaferro@hotmail.com


Graciela Trovita
Luis A. Castillo
Cel. 15584004
Dorrego 828

María Emilia Casa
Almafuerte Nº 1014
Cel. 15667188
memiliacasa@hotmail.com

Evangelina Ramírez
Cel. 15593465

Acta de nuestra primera reunión


MINISTERIO DE MÚSICA
DE LA PARROQUIA “María Auxiliadora”

ACTA DE REUNIÓN Nº 1

A Los 19 días del mes de febrero de 2008, el Ministerio de Música inicia las reuniones con músicos y cantores que musicalizan, en distintos días de la semana, las misas de la Parroquia.
Se da comienzo con la bienvenida a los presentes, entonando un canto de alabanza para animar la reunión. Cada participante, realiza su presentación personal (nombre, apellido, misión dentro de la Iglesia...). Se hallan presentes: Marta Di Santo, María de los Angeles González, Guillermo Ceballos, Hna. (Hijas de María Auxiliadora) Rosa Cabrera, Patricia Olarte, Pedro De Vicari, Luis Rondán, Héctor Broda, Graciela Trovita y Mónica Scaldaferro.
Se comparte la lectura y reflexión, desde la propia vivencia personal, de los temas desarrollados en el documento adjunto a esta acta en donde se analizan los siguientes aspectos:
* ¿Qué es un Ministerio de Música?
* El carácter espiritual de la Música (propósito).
* Condiciones de los cantores.
* ¿Qué son la alabanza y la adoración?
* Los músicos como guías en el caminar del pueblo hacia el interior de la alabanza y la adoración.
* La música como parte integral de la vida del pueblo de Dios (participación del pueblo). Liturgia.
* Fundamentos de sonorización (dificultades a resolver)
Se evalúan las necesidades a cubrir:
 Días de la semana en la que hace falta música en la misa: miércoles, jueves y viernes. Difusión e invitación a jóvenes para participar.
 Sugerencia de destinar la misa de los sábados a los jóvenes.
 Aprendizaje y estudio compartido de canciones.
 Confección de un direccionario (con nombres y direcciones).
 Armado de cronograma mensual de responsables en cada misa.
 Búsqueda de técnicos que puedan asesorar y mejorar el equipo de audio que posee la Parroquia. Planteo de la necesidad de recursos económicos para solventar dicha acción.
 Propuestas varias de encuentros musicales.
Al concluir la reunión se deja establecido que el próximo encuentro será el día viernes 7 de marzo a las 20.30, en el salón parroquial para evaluar las diferentes soluciones a poner en práctica para mejorar el sonido de la Parroquia y compartir, ensayar y practicar cantos referentes a Cuaresma (Domingo de Ramos y Pascua).
Nos despedimos cantándole al Señor y con la misión de seguir atrayendo más músicos a estos encuentros.

jueves, 21 de febrero de 2008

Importancia de la música en la liturgia


IMPORTANCIA DE LA MÚSICA EN LA LITURGIA

¡Cuánto lloré con tus himnos y tus cánticos,
fuertemente conmovido con las voces de tu Iglesia,
que dulcemente cantaba! Penetraban aquellas voces en
mis oídos y tu verdad se derretía en mi corazón,
con lo cual se encendía el afecto de mi piedad
y corrían mis lágrimas, y me iba bien con ellas.

San Agustín

LA INFLUENCIA DEL CANTO EN LA LITURGIA

Hablar de la música sagrada hoy en día implica hacer un alto en el camino y mirar nuestros orígenes. A lo largo de la historia la música ha tenido sus connotaciones importantes en la liturgia, las cuales con el pasar del tiempo se podría decir, se han modificado. Verdaderamente la influencia que ha tenido tanto en el pasado como en el presente sigue siendo para nosotros, los llamados hijos de Dios una manera de alabanza a nuestro creador. Sin embargo, tenemos que ser conscientes que la música y en especial sus ritmos que antiguamente se utilizaban han formado una cultura que con el pasar del tiempo ha venido evolucionando, y por consiguiente ha cambiado los ritmos de alabanza a Dios.

Ahora bien, convendría hacer un pequeño paralelo entre la música sacra hace unos siglos atrás y cómo no remontarnos al presente para luego tomar un posición frente a la misma. Al hablar de música antigua me refiero principalmente al canto gregoriano (Canto llano: Canto oficial de la liturgia usado en la iglesia católica, más comúnmente denominado canto gregoriano. Se divide en dos tipos básicos: el responsorio, utilizado para recitar salmos y la antífona, un modelo más melódico. Después de que su forma fue establecida por el papa Gregorio I a finales del siglo VI, se reformó a inicios del siglo XVII y una vez más a finales del XIX, antes de que el Papa Pío X decretara en 1903 la vuelta a las fuentes más primitivas de que se dispusiera. La labor de estudiar y recuperar estas fuentes fue llevada a cabo por un grupo de monjes benedictinos de la abadía Solemnes, en Francia), llamado inicialmente canto llano. El canto gregoriano tuvo un significado grandioso para la Iglesia, pues era este el cual inspiraba la comunicación con Dios y disponía el corazón humano para entrar en un contacto divino. Una particularidad fundamental que produjo el canto fue el paso a la contemplación. Esa contemplación manifestada en los grandes místicos. Actualmente no podemos desconocer que la música sagrada haya tenido sus variaciones en cuanto a los ritmos que antes se manejaban, pues ahora estamos adaptados a otra cultura muy distinta que, como toda, tiene sus rasgos muy particulares. Hoy en día se habla de la “New ege”, si una nueva era que busca alabar a Dios al son de la batería, la guitarra eléctrica, las kongas y en sí con la multiplicidad de ritmos, los cuales de una u otra forma nos mantienen en continuo movimiento. No podemos ocultar que la sociedad de hoy carece de una formación litúrgica en el campo de la música sagrada, y esto precisamente porque nos limitamos “deber hacer”, pero nunca tomamos conciencia de lo que hacemos. En este punto el Concilio Vaticano nos exhorta a la formación religiosa del canto de tal manera que nuestro espíritu entre en contacto con Dios.

Un elemento general que ha tenido y tiene el canto, ha sido fundamentalmente el atribuir un carácter solemne a las distintas celebraciones. El concilio Vaticano II, es uno de los documentos esenciales en el que se plasma la insistencia por el uso de la música en las celebraciones litúrgicas, y esto precisamente porque debe existir una unanimidad entre el canto y la acción litúrgica, para así enriquecer con mayor solemnidad los ritos sagrados. “El canto sagrado ha sido ensalzado tanto por la Sagrada Escritura (Cfr. Ef 5, 19; Col 3, 16) como por los santos padres, los romanos pontífices, los cuales, en los últimos tiempos, empezando por San Pío X, han expuesto con mayor precisión la función ministerial de la música sacra en el servicio divino.

Como anteriormente lo había mencionado, las diferencias que se trazan en la formación litúrgica de cada cultura son varias. Acá otro elemento al cual no podemos escapar cuando hablamos de la música en la liturgia es precisamente al uso de los instrumentos. Antiguamente se utilizaba el órgano de tubos, como un instrumento musical cuyo sonido aportaba al esplendor notable de las ceremonias eclesiásticas. Actualmente el Concilio lo recomienda aún cuando muy poco se utilice. La cultura de hoy se caracteriza por la variedad rítmica y en consecuencia el uso de los instrumentos cambia rotundamente, ya se replaza el órgano por la batería y la guitarra eléctrica, en sí, se utilizan los ritmos electrónicos. Ante esta realidad que se manifiesta tanto en el uso de la música litúrgica antigua y la actual, el Concilio Vaticano II nos señala en la Constitución Sacrosanctum Concilium, específicamente en el capítulo cuarto (N° 116): “La Iglesia reconoce el canto gregoriano como el propio de la liturgia romana; en igualdad de circunstancias, por tanto, hay que darle en primer lugar en las acciones litúrgicas. Los demás géneros de música sacra, y en particular la polifonía, de ninguna manera han de excluirse en la celebración de los oficios divinos, con tal que respondan al espíritu de la acción litúrgica” .

De manera general podemos que decir que el canto es una de las mayores expresiones con las cuales el hombre alaba y agradece las maravillas de Dios. Desde el Antiguo testamento la palabra “cantar” aparece 309 veces y en el Nuevo Testamento la encontramos 36 veces (Ratzinger, Joseph. Introducción al espíritu de la liturgia. Cp II.Ed San Pablo. Pg 113). Y es que cuando el hombre llega a establecer una relación íntima con Dios, no basta el lenguaje hablado.


Extraído de:
www.boletinliturgico.org.ar/consultorio.php?cod=59 - 59k

miércoles, 20 de febrero de 2008

Como unir el canto con la celebración litúrgica


Cómo unir el canto con la celebración litúrgica
por Carlos Seoane
www.carlosseoane.com.ar


La música litúrgica es aquella que se utiliza en las celebraciones litúrgicas de nuestra Iglesia: misas dominicales, bautismos, bodas, confirmaciones, funerales. En la liturgia católica, la música tiene un papel muy importante, y la Asamblea de fieles, un papel protagónico en el canto.
Desde sus orígenes, la Iglesia ha cantado en sus celebraciones. En el libro del Apocalipsis leemos que la Iglesia triunfante canta. Sin duda, con el tiempo han cambiado los textos y los instrumentos, pero lo que podemos afirmar que no ha cambiado es la presencia de la música y el canto entre aquellos que se reúnen para alabar a Dios.
La Constitución de la Sagrada Liturgia nos dice lo siguiente: "La tradición musical de la Iglesia Universal es un tesoro de valor inestimable, mayor aún que cualquier otro arte. La razón principal de esta importancia consiste en que el canto sagrado esta muy apegado al texto, y forma una parte necesaria e integral de la liturgia solemne". (CSL N.112).
San Agustín decía que "cantar juntos crea comunidad de corazones", porque dejamos de lado nuestro individualismo para unirnos al canto hecho oración de la comunidad, que de este modo expresa y profundiza su fe.
En los años anteriores al Concilio Vaticano II, el pueblo no cantaba ni respondía durante la Santa Misa. El pueblo era espectador pasivo que veía al sacerdote y a los servidores hacer la liturgia y llevar a cabo los responsorios y aclamaciones. Sólo el coro cantaba. La gente escuchaba. Sólo los Sacerdotes y diáconos podían proclamar la Santa Escritura. Estas prácticas consecuentemente limitaban al pueblo en su noción de responsabilidad personal de llevar el reino de justicia a su vida diaria.
Después del Concilio Vaticano II hemos visto que la participación activa de los fieles en una celebración litúrgica tiene el poder de formar a la persona en su fe y fortalecerla para evangelizar a la sociedad.
Teniendo en cuenta, entonces, la importancia que la música y el canto tienen en nuestra Liturgia, trataremos de aclarar algunos temas que son frecuentes motivos de consulta. Por ejemplo, una pregunta muy escuchada es "¿qué partes de la Misa deben cantarse?"
Deben cantarse la Aclamación del Evangelio ("Aleluya") y la Aclamación de la Oración Eucarística (que consiste en el Santo, la Aclamación memorial ("Anunciamos tu muerte...) y el Amén ( después de "Por Cristo, con él...), porque enfatizan las dos partes más importantes de la misa: el Evangelio y la Oración Eucarística y por lo tanto deben cantarse en cada misa, aún en día de semana, ya que nos revelan con sus palabras y sacramentos la presencia de Cristo.
Ya sé que muchos estarán pensando que en sus Parroquias se canta de todo, pero raramente escuchen la Aclamación Memorial y el Amén cantados, pero que no lo hagamos no significa que no se deba hacer.
Le siguen en orden de importancia: el canto de entrada y el canto de comunión. El canto de entrada nos anima para ser comunidad y el canto de comunión expresa nuestra comunión con Cristo y con el resto de la comunidad. Deben cantarse cada domingo y días festivos.
Sigue en la solemnidad el Salmo Responsorial, que es una respuesta cantada a las palabras de las escrituras que se acaban de proclamar. El Salmo cambia cada misa para acompañar el mensaje de las Escrituras, lo cual puede presentar alguna dificultad, pero puede utilizarse un salmo por estación litúrgica, lo que facilita el aprendizaje de la Asamblea. Debe cantarse cada domingo.
Luego siguen los "cantos ordinarios", que están presentes en todas las misas. Son Señor, ten piedad, Gloria, Padre Nuestro, Cordero de Dios y el Credo. Estos pueden cantarse o no, dependiendo de la solemnidad de la Misa y de la estación litúrgica.
Por último, están los cantos suplementarios que pueden ser cantados o no. Canto de Ofrenda, meditación luego de la comunión, canto de salida, Antífonas (de entrada y de comunión).
Ahora se nos presenta otro problema: ¿cómo lograr que la Asamblea cante?
Suelo escuchar entre los animadores de la liturgia comentarios como estos: "Es que en mi Parroquia la gente no canta...", o "En mi Parroquia no me dejan introducir cantos nuevos en la Liturgia y cantamos lo mismo desde la patronales del 48...".
¿Será cierto que los católicos no cantamos en misa ni tampoco en la ducha?
Lo primero que tenemos que lograr es un repertorio de música litúrgica que le guste a la gente. Estos cantos hay que enseñarlos y repetirlos hasta formar un repertorio sólido que le guste cantar a todos. Hay que tener en cuenta que el repertorio litúrgico de una parroquia forma la espiritualidad de esa comunidad.
Es necesario que en la Comunidad haya un músico o un grupo de músicos fervorosos y que entiendan de liturgia, para elegir las canciones apropiadas en cada tiempo litúrgico y, además, puedan guiar a la Asamblea a la esencia misma de la adoración mientras cantan. No hay que olvidar que la música debe estar al servicio de la liturgia ¡y no al revés!
Un párrafo aparte merecen los instrumentos, que deben estar debidamente afinados ("elemental Watson, pero..."), de buena calidad sonora e interpretativa y acompañando (sin tapar) al coro y a la Asamblea. Y como si esto fuera poco y directamente de fábrica los músicos deberían procurar capacitarse en el manejo de su instrumento para embellecer cada vez más la liturgia.
Parece mucho, ¿no? ¿Será tan difícil? Tal vez dando pequeños pasos podamos ir mejorando este aspecto de nuestras celebraciones.

Extraído de:
www.san-pablo.com.ar/rol/?seccion=articulos&id=1097 - 33k