miércoles, 20 de febrero de 2008

Como unir el canto con la celebración litúrgica


Cómo unir el canto con la celebración litúrgica
por Carlos Seoane
www.carlosseoane.com.ar


La música litúrgica es aquella que se utiliza en las celebraciones litúrgicas de nuestra Iglesia: misas dominicales, bautismos, bodas, confirmaciones, funerales. En la liturgia católica, la música tiene un papel muy importante, y la Asamblea de fieles, un papel protagónico en el canto.
Desde sus orígenes, la Iglesia ha cantado en sus celebraciones. En el libro del Apocalipsis leemos que la Iglesia triunfante canta. Sin duda, con el tiempo han cambiado los textos y los instrumentos, pero lo que podemos afirmar que no ha cambiado es la presencia de la música y el canto entre aquellos que se reúnen para alabar a Dios.
La Constitución de la Sagrada Liturgia nos dice lo siguiente: "La tradición musical de la Iglesia Universal es un tesoro de valor inestimable, mayor aún que cualquier otro arte. La razón principal de esta importancia consiste en que el canto sagrado esta muy apegado al texto, y forma una parte necesaria e integral de la liturgia solemne". (CSL N.112).
San Agustín decía que "cantar juntos crea comunidad de corazones", porque dejamos de lado nuestro individualismo para unirnos al canto hecho oración de la comunidad, que de este modo expresa y profundiza su fe.
En los años anteriores al Concilio Vaticano II, el pueblo no cantaba ni respondía durante la Santa Misa. El pueblo era espectador pasivo que veía al sacerdote y a los servidores hacer la liturgia y llevar a cabo los responsorios y aclamaciones. Sólo el coro cantaba. La gente escuchaba. Sólo los Sacerdotes y diáconos podían proclamar la Santa Escritura. Estas prácticas consecuentemente limitaban al pueblo en su noción de responsabilidad personal de llevar el reino de justicia a su vida diaria.
Después del Concilio Vaticano II hemos visto que la participación activa de los fieles en una celebración litúrgica tiene el poder de formar a la persona en su fe y fortalecerla para evangelizar a la sociedad.
Teniendo en cuenta, entonces, la importancia que la música y el canto tienen en nuestra Liturgia, trataremos de aclarar algunos temas que son frecuentes motivos de consulta. Por ejemplo, una pregunta muy escuchada es "¿qué partes de la Misa deben cantarse?"
Deben cantarse la Aclamación del Evangelio ("Aleluya") y la Aclamación de la Oración Eucarística (que consiste en el Santo, la Aclamación memorial ("Anunciamos tu muerte...) y el Amén ( después de "Por Cristo, con él...), porque enfatizan las dos partes más importantes de la misa: el Evangelio y la Oración Eucarística y por lo tanto deben cantarse en cada misa, aún en día de semana, ya que nos revelan con sus palabras y sacramentos la presencia de Cristo.
Ya sé que muchos estarán pensando que en sus Parroquias se canta de todo, pero raramente escuchen la Aclamación Memorial y el Amén cantados, pero que no lo hagamos no significa que no se deba hacer.
Le siguen en orden de importancia: el canto de entrada y el canto de comunión. El canto de entrada nos anima para ser comunidad y el canto de comunión expresa nuestra comunión con Cristo y con el resto de la comunidad. Deben cantarse cada domingo y días festivos.
Sigue en la solemnidad el Salmo Responsorial, que es una respuesta cantada a las palabras de las escrituras que se acaban de proclamar. El Salmo cambia cada misa para acompañar el mensaje de las Escrituras, lo cual puede presentar alguna dificultad, pero puede utilizarse un salmo por estación litúrgica, lo que facilita el aprendizaje de la Asamblea. Debe cantarse cada domingo.
Luego siguen los "cantos ordinarios", que están presentes en todas las misas. Son Señor, ten piedad, Gloria, Padre Nuestro, Cordero de Dios y el Credo. Estos pueden cantarse o no, dependiendo de la solemnidad de la Misa y de la estación litúrgica.
Por último, están los cantos suplementarios que pueden ser cantados o no. Canto de Ofrenda, meditación luego de la comunión, canto de salida, Antífonas (de entrada y de comunión).
Ahora se nos presenta otro problema: ¿cómo lograr que la Asamblea cante?
Suelo escuchar entre los animadores de la liturgia comentarios como estos: "Es que en mi Parroquia la gente no canta...", o "En mi Parroquia no me dejan introducir cantos nuevos en la Liturgia y cantamos lo mismo desde la patronales del 48...".
¿Será cierto que los católicos no cantamos en misa ni tampoco en la ducha?
Lo primero que tenemos que lograr es un repertorio de música litúrgica que le guste a la gente. Estos cantos hay que enseñarlos y repetirlos hasta formar un repertorio sólido que le guste cantar a todos. Hay que tener en cuenta que el repertorio litúrgico de una parroquia forma la espiritualidad de esa comunidad.
Es necesario que en la Comunidad haya un músico o un grupo de músicos fervorosos y que entiendan de liturgia, para elegir las canciones apropiadas en cada tiempo litúrgico y, además, puedan guiar a la Asamblea a la esencia misma de la adoración mientras cantan. No hay que olvidar que la música debe estar al servicio de la liturgia ¡y no al revés!
Un párrafo aparte merecen los instrumentos, que deben estar debidamente afinados ("elemental Watson, pero..."), de buena calidad sonora e interpretativa y acompañando (sin tapar) al coro y a la Asamblea. Y como si esto fuera poco y directamente de fábrica los músicos deberían procurar capacitarse en el manejo de su instrumento para embellecer cada vez más la liturgia.
Parece mucho, ¿no? ¿Será tan difícil? Tal vez dando pequeños pasos podamos ir mejorando este aspecto de nuestras celebraciones.

Extraído de:
www.san-pablo.com.ar/rol/?seccion=articulos&id=1097 - 33k

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